Es muy normal encontrarnos luego de unas semanas en desuso y sin cuidado con que el agua de la piscina posee un tinte verdoso. Podemos enumerar múltiples factores que profundizan esta situación, pero sin lugar a dudas es causa principal las dosificaciones inapropiadas de químicos, escasas horas de filtrado, que acompañados con altas temperaturas o lluvias hacen que empeore o resulte más difícil revertir la situación. Debemos tener en cuenta también que los factores externos (temperaturas, lluvias, partículas del contexto) tienden a desequilibrar el PH del agua, estableciéndolo fuera de los valores ideales y, por consiguiente, ocasionando que los químicos pierdan concentración en el agua para atacar algas y bacterias. Hoy queremos darles algunos consejos de que hacer en estos casos: Lo primero que hay que tener en cuenta es no vaciar la piscina, debemos intentar recuperar el agua (si corresponde a pocas semanas será sencillo) y así evitar un derroche importante...